Nueva noche, letra antigua,
¿Qué decían las estrellas?
Me desangro eternamente
Sin jamás hallar mi huesa.
Tanto es triste mi legado:
¡Me persigue la miseria!
Se ha cebado mi destino
En el afán de mi condena,
Si de lágrimas rodeado,
Desprovisto ya de fuerza,
Vivo inmerso en el silencio
Del gemido de las letras.
Me ha nacido otra pregunta
Inmanente a mi demencia
Y he cifrado en no encontrar,
Sino en la muerte la respuesta,
Mas el fuego de mi vida,
Que arde tanto como quema,
No se extingue con mi llanto,
Con mi duelo se deleita.
Tengo el alma encarcelada
Por el tiempo que la encierra,
Son mis versos infantiles
Los pilares de su celda.
Me golpeaban los lamentos
Como látigos de seda,
Las estrellas lo callaron,
Nunca más dieron la vuelta.
Tengo, así, melancolía,
Tanto amarga, como negra,
Que me hiere bruscamente
Cuando el hambre me golpea;
Y por cínica me escolta
Y me acosa porque es necia,
Pero es dulce y me confunde,
De mis cargas, la más tierna,
Que en su espalda, la convicta,
Acarrea por la senda,
Que si bien huella sus pasos,
No camina, pero repta.
¿Qué decían recitando?
¿Era un cuento, una novela?
Si era fábula, ¿No es justo
Conocer la moraleja?
Los luceros me cantaban,
Mas jamás supe su lengua,
Era largo aprendizaje,
Para noche tan estrecha;
Daban cielo, daban brillo,
¡Daban sangre, daban señas!
Si mintieron no lo supe
¿Despedían a la esfera?
De la noche eran mis lágrimas
Su más preciado néctar,
Se bañaba el firmamento
Con mis décimas bohemias.
Yo era triste, yo soy triste,
Letra antigua, noche nueva,
Todavía me pregunto
¿Qué decían las estrellas?
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