En mi búsqueda del sol
No he encontrado quien me entienda,
Mi vocablo habla de amor,
Busco el alma hasta en las piedras.
De la muerte voy en pos,
Por amor, sin darme cuenta,
Al sentir, por eso soy
Infeliz por excelencia.
Y camino sin razón
Hacia el sol en plena puesta,
Una vez que se escondió
Sigo el rumbo en las tinieblas.
Por la noche oscura voy
Cuando lágrimas me llegan
Desde el cielo acusador,
De mis ojos, la tristeza.
No esperé tormenta grande,
Aunque ha llovido desde siempre,
En mi alma llueve sangre,
¡Siempre llueve!
Es un río,al fin, la calle
Que de lágrimas se crece
¡Nunca he visto tal desastre!
¡Todo muere!
Llueve y nunca lo bastante,
Porque nunca se detiene,
Llueve sangre, llueve a mares,
¡Siempre llueve!
En mi alma llueve sangre...
En mi búsqueda del sol,
Esperado que amanezca,
En mi espalda da el calor
Y es preciso dar la vuelta.
Un vistazo al mundo doy
Y no encuentro más que rejas
Cada una una prisión
Que no admite a quien se acerca.
Mas, la gente va de a dos
Sin hablar la misma lengua,
El humano es un argot
Del amor, voz extranjera.
Miro al cielo por error
Y una oscura nube negra
Todo el cielo ya cubrió
Y la lluvia, así, comienza.
No esperé tormenta grande,
Aunque ha llovido desde siempre,
En mi alma llueve sangre,
¡Siempre llueve!
¿Es el cielo el inconstante
O la lluvia impertinente?
¡O ambos sólo con mojarme
Se entretienen!
Todo rojo está el paisaje
Donde alguna vez fue verde,
Llueve sangre, llueve a mares,
¡Siempre llueve!
En mi alma llueve sangre...
En mi búsqueda del sol,
Ya la nube se dispersa,
La carrera emprendo yo,
La rutina, la condena.
Me convence alguna voz
Que de viaje poco queda,
Sin saber, para mejor,
Que el final lejos se encuentra.
Es más bien una canción
Que me empuja hacia la meta,
Sin saber en dónde estoy,
Ni la suerte que me acecha.
Mas, la sigo sin temor,
Ni reproches, por inercia,
He perdido hasta el control
De mi cuerpo y mi miseria.
No esperé tormenta grande,
Aunque ha llovido desde siempre,
En mi alma llueve sangre,
¡Siempre llueve!
Cada gota que me trae,
La tormenta, herirme suele
Y no hay nada que la calme,
¡Nunca cede!
Quién diría: vida infame,
Que no pudo con la muerte,
Hoy es tarde, ya, tan tarde,
¡Siempre llueve!
En mi alma llueve sangre...
A la guía del dolor,
Sigo, fiel, mi derrotero,
Para ver qué es lo que encuentro
En mi búsqueda del sol.
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